Por José Gregorio Hernández Galindo
Faltan pocos días para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Unos juegos que, desde cuando se trasladó la antorcha olímpica por distintos países hasta la capital china, han estado unidos indisolublemente a la búsqueda de una reacción mundial respecto a las violaciones de los derechos humanos que allí tienen lugar.
En Londres y en París se desataron con fuerza las protestas contra la represión China en el Tíbet, que quería hacerse oír de manera segura en el exterior, aprovechando el recorrido del fuego olímpico.
Ahora, ya en las proximidades del evento deportivo internacional, y ante la reunión del republicano McCain con el Dalai Lama el 25 de julio, el Gobierno chino ha pedido que las personas relevantes de los Estados Unidos respeten los principios de autodeterminación y libertad, del Derecho Internacional, pero nada hace en cuanto al cese, en su interior, de las variadas y permanentes formas de violación de los Derechos Humanos.
Faltan pocos días para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Unos juegos que, desde cuando se trasladó la antorcha olímpica por distintos países hasta la capital china, han estado unidos indisolublemente a la búsqueda de una reacción mundial respecto a las violaciones de los derechos humanos que allí tienen lugar.
En Londres y en París se desataron con fuerza las protestas contra la represión China en el Tíbet, que quería hacerse oír de manera segura en el exterior, aprovechando el recorrido del fuego olímpico.
Ahora, ya en las proximidades del evento deportivo internacional, y ante la reunión del republicano McCain con el Dalai Lama el 25 de julio, el Gobierno chino ha pedido que las personas relevantes de los Estados Unidos respeten los principios de autodeterminación y libertad, del Derecho Internacional, pero nada hace en cuanto al cese, en su interior, de las variadas y permanentes formas de violación de los Derechos Humanos.
McCain expresó con razón que los Juegos Olímpicos de Pekín ofrecen una buena oportunidad a China para demostrar que respeta, en ese sentido, unos principios mínimos universales.Por su parte, Aministía Internacional ha presentado el estudio denominado "Cuenta atrás para la Olimpiada - Promesas rotas", que denuncia con datos el empeoramiento de la situación de los derechos humanos en China desde abril de 2008, cuando hubo un compromiso de Pekín al respecto.
Amnistía Internacional señala a China y a su Gobierno, y declara que a pesar del compromiso, han aumentado la censura a los medios, las detenciones arbitrarias, la persecución de activistas de derechos humanos, y en menor medida las ejecuciones sin juicio previo. No se olvide que China está clasificada entre los países más renuentes a abolir la pena capital, y en donde su aplicación es frecuente y sumaria.
Estamos de acuerdo con Amnistía Internacional y con McCain, aunque éste debería mirar también hacia su país: los gobernantes chinos deben reconocer que violan los derechos humanos; que practican la represión; que torturan y matan.
Y es hora también, como lo dice Amnistía, de que los líderes mundiales pidan cuentas a China y muestren su preocupación por las violaciones de derechos humanos, que son allí corrientes, inclusive en esta etapa previa a la Olimpiada, ya que, el silencio del mundo podría ser entendido en Pekín como la aceptación de su barbarie.
Estamos de acuerdo con Amnistía Internacional y con McCain, aunque éste debería mirar también hacia su país: los gobernantes chinos deben reconocer que violan los derechos humanos; que practican la represión; que torturan y matan.
Y es hora también, como lo dice Amnistía, de que los líderes mundiales pidan cuentas a China y muestren su preocupación por las violaciones de derechos humanos, que son allí corrientes, inclusive en esta etapa previa a la Olimpiada, ya que, el silencio del mundo podría ser entendido en Pekín como la aceptación de su barbarie.