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domingo, 31 de agosto de 2008

RENUNCIA DE IMPORTANTE FISCAL SOBRE PARAPOLÍTICA PONE EN TELA DE JUICIO IMPARCIALIDAD EN EL CASO DE MARIO URIBE

Ramiro Marin, hasta ahora Jefe de la Unidad de Fiscales de la Fiscalía General de la Nación ante la Corte Suprema de Justicia, renunció a su cargo, y, al explicar los motivos de su salida, deja grandes dudas acerca de la imparcialidad del Vicefiscal Guillermo Mendoza Diago en el proceso que se sigue contra Mario Uribe, primo del Presidente de la República.
El texto de la renuncia es del siguinete tenor:
"Señor
MARIO IGUARÁN
Fiscal General de la Nación

Señor Fiscal:

Llegó la hora de renunciar con dignidad, En el radicado 11.499 – 8 (caso del exsenador Mario Uribe Escobar) usted me hizo una asignación especial, figura que, de acuerdo con la Constitución y la ley, procura un mayor eficacia en la investigación sin perjuicio de las garantías fundamentales de las partes. Pues bien, en cumplimiento de ese encargo especial, en el mencionado caso se allegaron testimonios, se practicaron inspecciones y se acopiaron documentos, todo con lealtad al principio de imparcialidad del funcionario en la búsqueda de la prueba y de la verdad1, lo cual se traduce físicamente, incluida la inicial actuación de la Corte Suprema de Justicia, en un expediente de diez (10) cuadernos originales, ocho (8) discos compactos que incluyen veintiséis (26) horas y treinta y cinco (35) minutos de grabación del dicho de varios testigos y veinticinco (25) cuadernos anexos. Como fiscal delegado proferí cuatro (4) decisiones interlocutorias, entre las que se incluye la medida de aseguramiento de detención preventiva contra el imputado, fechada el 21 de abril de 2008, recientemente revocada por el señor Vicefiscal, en ejercicio de la facultad de segunda instancia igualmente asignada por usted de manera especial.

Debo destacar que, conforme con la Constitución, la ley y mi concepción dialéctica y democrática del proceso penal, siempre facilité la presencia de la defensa y el Ministerio Público y le cumplí honradamente a la justicia y al pueblo colombiano en el cometido de decidir conforme con la legalidad y la racionalidad, sin embargo de lo cual lo único que resulta lastimado en este proceso es la independencia judicial y con ello mi honor personal, familiar y profesional.

En efecto, varios medios de comunicación, basados en “fuentes de la Fiscalía”, difundieron la especie de que la revocatoria de la medida de aseguramiento ( obra del señor Vicefiscal y no mía) se había facilitado adrede por la fragilidad de la investigación y de la providencia de primera instancia. Ocurre que la segunda instancia está habilitada para revocar la decisión de primer grado, dentro de los límites de la racionalidad, pero en manera alguna para desprestigiar con calificativos injustificados (abiertos o soterrados) la resolución revisada, pues ello sí vulneraría la autonomía ética y funcional del fiscal de primer grado, tan necesaria, señor fiscal, como la independencia del funcionario de segunda instancia, sobre todo cuando enfrentamos con decisión y serenidad asuntos de tanta complejidad probatoria y sensibilidad social como los denominados de la “parapolítica”.

Obviamente, no pretendo un plebiscito para que se comparta o repudie el sentido de una u otra decisión, la corrección de lo decidido no depende del consenso activo de los medios o de los ciudadanos sino de la prueba y la verdad procesal, aunque sano que las providencias judiciales, sin sacrificio innecesario de la reserva sumarial, se critiquen respetuosamente por los medios de comunicación y la comunidad en general. En mi caso sí aspiro a que en el futuro se llame la atención sobre los peligros que entraña la manipulación del contenido de las decisiones con fines poco ortodoxos, lo cual no constituye crítica, en cambio sí llena de oprobio la autonomía ética y funcional de los fiscales.

Señor Fiscal: por medio de un artilugio y una audacia de marca mayor, se quiere hacer ver, con el apoyo irreflexivo de varios medios de comunicación, que la investigación y la resolución de primera instancia eran frágiles, pero, lo más abominable, que el fiscal del caso deliberadamente había dejado las cosas en esa precaria situación para propiciar la revocatoria, cuando sólo fortaleza y respeto inmaculado podrá advertirse en una revisión actual y desprevenida del expediente o, de pronto, en el dictamen tardío de la historia con el que debemos contentarnos quienes somos víctimas de semejantes infamias promovidas por las verdades de poder, ajenas a la verdad procesal.

Es decir, a través de especioso discurso se ha convertido lo blanco en negro y lo negro en blanco, entretanto yo me siento en similar situación a la de una víctima a la que se le dispara a muy corta distancia para que los homicidas puedan pretextar un suicidio, y el señor Fiscal General de la Nación, por motivos o situaciones que de pronto desconozco, guarda discreto silencio frente al agravio funcional y profesional.

Mientras al interior de la Fiscalía existan “altas fuentes” que manipulan de esa manera la información de procesos tan delicados como el que he tenido a mi cargo, no percibo las garantías para continuar con la mencionada investigación ni tampoco en el cargo, razón por la cual llegó la hora de renunciar con dignidad y así se lo formalizo por medio de este escrito, desde luego sin ocultarle mi reconocimiento por su conjurado trabajo en muchos frentes de la complejísima tarea, así como por la confianza, la amistad y el exquisito trato dispensados antes de este único y doloroso episodio de mi vida profesional de 31 años al servicios de la Rama Judicial.

Con sentimientos de consideración y de respeto, mil gracias,


RAMIRO ALONSO MARIN VÁSQUEZ
Fiscal Delegado Corte Suprema de Justicia"


Veamos algunas de las respuestas entregadas a la revista SEMANA por Marin, quien en primera instancia había ordenado la captura de Uribe y sostiene que había suficientes elementos para privarlo de la libertad:
"SEMANA: ¿Por qué renunció?
Ramiro Marín Vásquez: Yo renuncié porque se dijo que en el caso del senador Mario Uribe yo hice una investigación débil, de manera deliberada, para facilitar que en la decisión de segunda instancia él saliera libre. Esas afirmaciones fueron publicadas en SEMANA y en otros medios de comunicación, y como se citan fuentes de la Fiscalía, yo entiendo entonces que hay en la Fiscalía personas interesadas en manipular la información a los medios a costa del honor mío y a costa de la verdad de la investigación.

SEMANA: Pero no son los medios. La providencia del vicefiscal Mendoza Diago cuestiona su fallo diciendo, por ejemplo, que el testimonio de la ex congresista Eleonora Pineda no se debe analizar con base en “disquisiciones abstractas y subjetivas, mucho menos gratuitas”.
R.M.V.: ¡Qué paradoja! Yo puedo hacerle un ejercicio muy corto de por qué no es una disquisición abstracta. Eleonora Pineda dice que la reunión con Salvatore Mancuso y Mario Uribe fue después de las elecciones de Congreso de 2002. Mancuso, por el contrario, afirma sin ninguna duda –porque en otros puntos expresó una duda, pero en ese no– que la reunión para hacer el pacto electoral con Mario Uribe fue antes de esas elecciones. Mancuso dijo que había sido antes, porque Eleonora y Mario Uribe fueron a donde él para que avalara el acuerdo.

SEMANA: ¿Y a cuál de los dos se le cree?
R.M.V.: Yo voy a los resultados electorales, que no son manipulables por la palabra, y encuentro que en los cuatro municipios de Córdoba sobre los que se hizo el pacto (Montelíbano, Sahagún, Planeta Rica y Chinú), Mario Uribe había tenido poquísimos votos en 1998 y se disparó en 2002. Entonces sí parece que la reunión y el pacto fueron antes y no después, porque los resultados electorales así lo reflejan.

SEMANA: Eso es significativo. Pero ¿suficiente?
R.M.V.: Sigo avanzando. Resulta que Mancuso me había dicho, en su declaración, que a raíz de los acercamientos de Eleonora con Mario Uribe, Miguel de la Espriella (candidato político de la región) le reclamó por eso. Lo dice exactamente: “Miguelito se estaba enojando. Yo le dije: tranquilo que para todos hay, porque a él sólo le vamos a dar el 5 o el 10 por ciento de la votación en unos municipios”. Y voy y reviso los resultados electorales de Miguel de la Espriella, que no es un secreto que era el candidato declarado de las autodefensas en Córdoba, y encuentro que en aquellos cuatro municipios, en los que Mario Uribe aumentó su votación, casi en la misma proporción, no matemática, pero similar, bajó la votación de Miguel de la Espriella. Entonces, más allá de los testimonios, los resultados electorales ratifican lo dicho por Mancuso.

SEMANA: Ese aparte en el que Mancuso habla de Miguel de la Espriella no aparece en la providencia de segunda instancia ¿Será que había una intención de tapar algo?
R.M.V.: No, yo no soy capaz de hacer imputaciones tan infames como las que a mí me hicieron. Pero ¿cree usted que lo que yo hice es subjetivismo?

SEMANA: Pero la segunda instancia reclama que el comportamiento de la votación de Mario Uribe fue igual en los municipios de Córdoba y en todo el país, que fue floja en 1998, subió en 2002 y cayó en 2006, y eso explicaría que no fue por intervención de las autodefensas, sino la dinámica electoral ¿qué opina?
R.M.V.: Sólo puedo decirles que ojalá los razonamientos de la segunda instancia sean de mejor calidad epistemológica que los míos. Cómo explico yo ese fenómeno. Si del 98 a 2002 en esos municipios de Córdoba se nota un salto grande en las votaciones de Mario Uribe y en 2006 descienden al mismo nivel del 98. ¿Será que, como alegó la defensa, la votación se incrementó por contagio por su parentesco con el candidato favorito a la Presidencia de la República? Entonces ¿por qué en 2006 no ocurre el mismo fenómeno, cuando todavía son primos, era una de las cabezas visibles de los congresistas que apoyaban al Presidente y el Presidente sacó su votación disparada?

SEMANA: Mario Uribe de todas maneras admite que estuvo reunido con Mancuso y nunca lo denunció ¿eso lo pondría en tela de juicio?
R.M.V.: Mario Uribe admite que estuvo en una reunión a la cual le llevó Eleonora, pero él dice que fue engañado. Yo demuestro que no fue engañado.

SEMANA: Y así fuera engañado, no lo denunció...
R.M.V.: No. Al contrario, en lugar de denunciar, lo que hizo después de eso fue en 2006 acoger en su movimiento Colombia Democrática a Eleonora Pineda y a Rocío Arias.

SEMANA: ¿Usted se sintió presionado durante la investigación de Mario Uribe?
R.M.V.: No me sentí presionado.

SEMANA: ¿Sintió que era distinta esta investigación por ser el primo del Presidente?
R.M.V.: No la sentí distinta desde el punto de vista jurídico procesal. Pero como yo me muevo es en este ambiente y en Colombia, sé que es un tema difícil.

SEMANA: En sus 31 años en la rama judicial ¿es este el caso más difícil que ha tenido?
R.M.V.: No. Jurídicamente no es el caso más difícil.

SEMANA: ¿Y políticamente?
R.M.V.: Sí, era un tema muy sensible.

SEMANA: ¿Era claro para usted que el doctor Mario Uribe merecía la detención?
R.M.V.: Sí. Para mí eran claras las pruebas que existían para la medida de aseguramiento.

SEMANA: ¿Usted leyó el fallo de segunda instancia?
R.M.V.: Antes de recibir la resolución de segunda instancia, me pusieron en la picota diciendo que yo había dejado frágil la investigación para que se facilitara la tarea del Vicefiscal, para que él no tuviera más que hacer sino revocar. Pero yo le digo una cosa: mi providencia no era débil. La prueba tampoco. Quien debilitó la prueba fue el vicefiscal con sus juicios de valor".

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ABOGADO Y PROFESOR UNIVERSITARIO. EX MAGISTRADO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA