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sábado, 10 de mayo de 2008

CRISIS POLÍTICA Y ESTADISTICA


EDUARDO SARMIENTO PALACIO

El debate sobre la crisis política ha tenido un elevado contenido emocional y de interés de grupo. Las propuestas se orientan a restaurar la imagen del Congreso; la reforma aprobada en primera instancia en la Cámara de Representantes establece la silla vacía para los congresistas que reciban orden de captura y eleva a 3% el umbral de los partidos. En esta columna intentare bajar el tono ahondando en los aspectos estadísticos y procedimentales de la selección.
Las cifras reveladas recientemente muestran que de 260 congresistas elegidos 68 son investigados por los vínculos con el paramilitarismo. La probabilidad de que un congresista sea cuestionado por la justicia es de 25%.En la teoria estadística se encuentra que una muestra pequeña es representativa del universo. Si de una bola con miles de fichas regulares y defectuosas se extrae una muestra de cien, esta muestra daría la probabilidad de cifras defectuosas. Pues bien, en la información de la muestra del Congreso resulta que la probabilidad de votar por alguien vinculado con los grupos fuera de la ley es de 25%.
Cualquier proceso productivo en que un porcentaje de esa magnitud aparece defectuoso, sería rechazado. No existe otro estamento de la vida nacional con tantas personas asociadas con la ilegitimidad. De ninguna manera la muestra del Congreso representa a la mayoría de la población. ¿Como es posible que la probabilidad de una muestra representativa sea menor que la del universo? Si la muestra se somete a criterios previos de selección, por ejemplo el de la observación visual, el número de fichas defectuosas disminuiría. Es precisamente lo que se hace en los procesos de admisión de las universidades, en los cuales se aplican exámenes y criterios para escoger los mejores estudiantes del universo. En el Congreso parece ocurrir al contrario. Los criterios de selección dan lugar a un grupo que revela condiciones morales y éticas inferiores al promedio de la sociedad colombiana. Estamos ante la típica selección adversa.
¿Cómo se puede detener el proceso? Cómo se pueden extirpar los elementos perversos del sistema? Uno mediante el fortalecimiento de los sistemas judiciales y el perfeccionamiento de la investigación y la identificación de los grupos fuera de la ley, como lo ha venido realizando en forma ejemplar la Corte Constitucional. Sin embargo, el procedimiento es incompleto. Como se dice en el argot popular, solo agarra a quienes se dejan coger. El resto tendría que ser inferido por procedimientos indirectos. Una forma consistiría en identificar los partidos de acuerdo con los implicados, y establecer aquellos cuyos porcentajes son significativamente iguales o mayores al promedio (totalmente comprometidos) y aquellos que no son significativamente diferentes de cero (íntegros). De acuerdo con técnicas bien conocidas, el primer grupo correspondería a los porcentajes superiores a 30%, el último a porcentajes inferiores a 5% y el resto quedaría en una zona de duda. ¿Cual sería una solución frente a este diagnostico? Lo menos que podría hacerse sería depurar la muestra excluyendo los congresistas enredados y la totalidad de los votos generados por ellos. Adicionalmente, convendría suspender a los partidos que tienen más de 30% miembros investigados. De esa manera, se lograría que los partidos mas transparentes tuvieran una mayor representación y redujeran la probabilidad de la corrupción.
La reforma aprobada en primera instancia en la Cámara de Representantes depura el Congreso actual, pero no resuelve el problema estructural. Si bien la silla vacía para los congresistas que reciban auto de detención es un avance con respecto a la propuesta inicial de limitarla a los casos condenatorios concluidos, es parcial. Mantiene a los congresistas elegidos con los votos sobrantes de los sindicados y no sanciona a los partidos cuyos miembros implicados superan los mínimos niveles de confianza estadística. Lo mas grave es que no se hace nada para evitar la selección adversa. Si las nuevas elecciones se realizan con el mismo universo y los mismos criterios, el resultado en términos éticos y morales sería el mismo.
La verdad es que el Congreso, por ser juez y parte, carece de incentivos para realizar esta tarea en forma efectiva. Los actos legislativos de 2001 y 2003 introdujeron el voto preferente, la cifra repartidora y los umbrales para eliminar la proliferación de listas, fortalecer los partidos, y evitar la compra de votos, y hoy en día los mismos que apoyaron los cambios reconocen que no lograron los propósitos buscados.Cuando las sociedades llegan a crisis creadas por las mismas instituciones no hay más camino que apartarse de ellas con nuevas reglas que reflejen un consenso.
El procedimiento más expedito sería una asamblea nacional constituyente elegida popularmente con claras inhabilidades para modificar las normas existentes en materia de partidos y sistemas de votación, y así definir las reglas que eliminen la selección adversa de las reformas anteriores y blinde el Congreso de los grupos al margen de la ley.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo !
la realidad es esa - TRATAR DE OCULTAR EL SEGUNDO ELFENTE EN COLOMBIA ATE es tapr el sol con un dedo ! ofenderia nuestra inteligencia ! la de miles y miles de colombianos que no hemos sucumbido ante el narcotrafico la parapolitica ni la guerrilla ! la proxima marcha debera efectuarse para apoyar la corte suprema de justicia y pedir la constituyente !

Aserrín, Aserrán

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ABOGADO Y PROFESOR UNIVERSITARIO. EX MAGISTRADO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA