Valió la pena la espera y tuvo buen resultado la paciencia. La libertad de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, que ha implicado una refrescante pausa en la prolongada tortura infligida por las FARC a un grupo de colombianos, injustamente retenidos, y a sus familias, significa simultáneamene una excelente ocasión para meditar acerca de los buenos resultados que pruduce el manejo razonado y pacífico de esta clase de situaciones.
Ha quedado la enseñanza de que el lenguaje pendenciero y el uso de la fuerza no son las mejores respuestas a la conducta de una guerrilla agresiva que además tiene en su poder a numerosas personas cuya vida, salud y derechos debe preservar el Estado colombiano (Art. 2 C.P.).
Aunque, como lo dijimos en anterior editorial, hubo mentira durante el primer proceso de entrega adenatado en los últimos días de diciembre, hemos de reconocer que esta vez las FARC cumplieron, y decir también que este excelente resultado se debe ante todo a las gestiones del Presidente venezolano Hugo Chávez y de la Senadora Piedad Córdoba.
Pensamos, desde luego, que hasta ahora se ha dado el primer paso, muy valioso, pero indudablemente apenas inicial, hacia el objetivo último y central en el que debemos ocuparnos todos los colombianos: la urgente liberación de la totalidad de los cautivos en poder de las FARC y de otros grupos.
El secuestro es uno de los peores delitos. Junto con la tortura -y es en sí mismo una tortura- es uno de los crímenes más abominables que se puedan cometer contra un ser humano. Por eso, y con razón, ha sido calificado como crímen atroz en el Derecho Internacional, y por eso provoca en conglomerado el rechazo absoluto y genera una creciente y justificada indignación colectiva contra los secuestradores.
La libertad de los secuestrados es en Colombia, en este momento, el objetivo primordial y prioritario en materia de Derechos Humanos, ya que allí se encuentran -en una malévola combinación- varias formas de vulneración de derechos fundamentales: además de la vida y la libertad personal, que son los primeros en los que se piensa en el caso de un secuestrado, aparecen violados sus derechos a la integridad física y moral, a la intimidad, al libre desarrollo de la personalidad, la libertad de expresión, el derecho a la información, el derecho al trabajo, la libertad de lo comoción, el derecho de toda persona a vivir con su familia...En fin, los derechos más importantes del catálogo garantizado por la Constitución y por los Tratados Internacionales, resultan cruelmente violados y de manera prolongada en el tiempo.
De allí que la liberación de un solo secuestrado sea motivo de satisfacción y alivio para la sociedad entera.
Pero no es suficiente. Lo que esperamos todos los colombianos es que las FARC, si todavía guardan algún sentimiento de Patria, y si tienen algo de sentido humanitario, abandonen el secuestro como una de sus modalidades de acción. El secuestro los desacredita cada vez más, y emapaña sus ideales políticos, por loables que sean.
2 comentarios:
Dr. Hernández. Usted hace un reconocimiento a dos personas que le están mostrando hoy al país cual era su labor humanitaria.
Ayer CHAVEZ da besos de lado a lado, carga niños y saluda con lagrimas en los ojos y hoy nos exige cambios a todo nível para tener el placer de seguir liberando gente con show y besos incluidos.
Usted escribe sobre uno y otro y otro derecho constitucional violado una y otra vez y me gustaría saber a la luz de todos esos derechos que las FARC violan cuál es su opinión con respecto a esta ridiculez de CHAVEZ de querer manejar nuestro país a su acomodo.
A mi me parece que Chavez tiene petróleo pero no tiene ejército para combatir a Estados Unidos y necesita legitimar este que tenemos por aca al que calificamos de terroristas.
Usted no debe hablar mas de sentido humanitario y tampoco deberiamos los colombianos seguir en esta farsa de lágrimas y lamentos.
Porque tenemos unos criminales que según su columna están violando todos los derechos elementales de la Constitución y por otro lado tenemos al delirante de Chavez y a la ambiciosa de Piedad Cordova y mas alla tenemos unos secuestrados y como vamos, terminaremos dejando
a estos ultimos olvidados porque si nos toca escoger entre Chavez y las FArc liderando el país y Uribe arrinconando a los criminales quien podría decirnos que estamos equivocados cuando usted mismo expresa que se están violando todos los derechos elementales.
Eso debería ser suficiente para defender con tesis jurídicas la razón por la cual deben seguir en las listas negras de los países del mundo y por tanto razón suficiente para que ellos sigan matando a los que quedan y Chavez siga con Piedad Cordoba gritando que nos faltó corazón y que somos un pueblo deshumanizados solo porque no conseguimos camaras mientras besamos acá y allá al bebe que estaba por ahí para la foto.
Que desolación y que vacio inmenso nos está dejando este proceso de paz que debería llamarse de guerra enmascarada de vanidad.
Espero su columna sobre porque usted considera que estas gentes no deben salir de las listas del terror y espero que no deje de reconocer que otros muchos tambiém ayudaron a dejar por fuera a esas dos señoras que no se demoran en ser venezolanas y allá estarán bien. Que se vayan todos los que quieran.
Muy interesente este blog. La parte de textos es muy valiosa y valió la pena la utilización de las imágenes, muy buena idea.
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