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sábado, 5 de enero de 2008

OPERACIÓN EMMANUEL, O ITINERARIO DE UNA MENTIRA

Menos demora en caer un mentiroso que un cojo

José Gregorio Hernández Galindo

Hoy, después de conocidos los resultados de la prueba de ADN respecto a las coincidencias antropoheredobiológicas entre Juan David, el niño entregado al cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, concebido y nacido durante el cautiverio de su madre en poder de las FARC, y conocido igualmente el comunicado de esa organización guerrillera en el sentido de aceptar que en efecto no tienen al menor por cuanto lo entregaron a una familia honrada -sindicando de paso, inexplicablemente, al Presidente Uribe de haberlo secuestrado (leer para creer)-, todos estamos ya seguros de que todo el montaje de fin de año sobre una inminente entrega "voluntaria" de tres secuestrados (uno de ellos Emmanuel) no fue sino una descarada mentira de ese grupo para engañar a Colombia y al mundo.
Como lo decíamos en anterior escrito, no es la primera vez que las FARC mienten y engañan. Lo que tiene de diferente esta mentira es su mala factura, pues hasta para mentir -una de las peores prácticas de los seres humanos- se necesita pensar, y parece que en esta ocasión los mentirosos no pensaron, y cayeron muy pronto, más pronto de lo que indica el adagio.
En efecto, nadie entiende cómo -a sabiendas de no tener en su poder a Emmanuel desde dos años y medio atrás- los líderes de las FARC se atrevieron a prometer el 9 de diciembre de 2007 que en pocos días lo dejarían en libertad, como una forma de desagravio al Presidente venezolano Hugo Chávez, si, precisamente por esa certidumbre que sólo ellos podían tener, sabían muy bien que no podrían cumplir; que toda su farsa quedaría al descubierto; que si, a la vez, liberaban a la madre del niño, ésta habría de desenmarscararlos, aun suponiendo que entregaran a otro menor, haciéndolo pasar por Emmanuel; ella contaría públicamente cómo la habían separado de su hijo y cuándo. Además, tenían pendiente de la entrega a toda Colombia y a medio mundo, y a Hugo Chávez, y a los medios de comunicación.
¿Qué querían en realidad? El itinerario de la mentira no nos permite todavía decirlo: supuesta indignación por el trato que Uribe le había dado a Chávez en relación con la mediación de éste para el intercambio humanitario; promesa de entregar a tres personas de la muchas que mantienen injustamente privadas de su libertad; escogencia precisamente de Emmanuel y su madre como dos de esas personas, cuando -si no lo tenían- habían podido escoger -era su decisión unilateral- a otros secuestrados; estímulo a Hugo Chávez para que organizara el show que organizó; como consecuencia de ello, solicitud de Chávez al Gobierno colombiano para que permitiera el ingreso de la comisión internacional, de la Cruz Roja, del propio Chávez y de sus helicópteros a territorio colombiano para recibir a los secuestrados prometidos; despliegue enorme en los medios de comunicación; respuesta favorable -muy pronta e inesperada- del Gobierno colombiano para que la operación se llevara a cabo; respuesta espontánea, también muy rápida, de los gobiernos de al menos nueve países que querían cooperar en el acto humanitario; viaje inmediato de los delegados de los países, encabezados inclusive -eso tampoco se esperaba- por quien acababa de terminar su período como Presidente de Argentina; presencia -igualmente sorpresiva- de un famosísimo productor y director de cine, ....En fín, todo un tinglado en el cual las FARC eran protagonistas de primero órden. Y lo cierto es que habían logrado credibilidad en todas esas personas e instituciones pese a sus antecedentes, entre ellos la muy reciente muerte de los once diputados del Valle del Cauca,...Todo, para nada. Para salir con demoras inexplicables sobre las esperadas "coordenadas" con el fin de establecer el punto geográfico exacto de la entrega, y para resultar después con el cuento de que la liberación no se producía por causa de intensas operaciones militares en la zona, las cuales ha quedado demostrado que no existieron.
Después de todo eso, un intempestivo viaje del Presidente Uribe a Villavicencio; una revelación que en ese escenario y en ese momento resultaba completamente increíble; coincidencias entre los dos menores, surgidas de varias fuentes; experticio sobre el ADN, con grandes probabilidades de que Juan David perteneciera a la familia de Clara González de Rojas (abuela de Emmanuel); y finalmente la confesión de las FARC, por comunicado.
Ahora en adelante,...¿quién les creerá?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo.

Portobello dijo...

Gracias por vuestra visita. Me parece diferente vuestro espacio, una manera de conocer los hechos con la opinión del ciudadano, lo que hacemos cada vez más gente.
Un abrazo desde España
Blanca

Aserrín, Aserrán

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ABOGADO Y PROFESOR UNIVERSITARIO. EX MAGISTRADO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA