BUSQUE CON GOOGLE...

domingo, 27 de enero de 2008

¿RODEAR LOS LUGARES DEL SECUESTRO?

Una medida innecesaria y peligrosa

José Gregorio Hernández Galindo

El sábado último, después de la visita de Condoleeza Rice y de la exitosa gira presidencial por Europa, en la que con gran elocuencia se mostró a los países europeos las razones por las cuales las FARC siguen mereciendo el calificativo de terroristas -como en efecto ocurre en virtud de sus acciones-, nos ha sorprendido el presidente Álvaro Uribe con una orden impartida a las fuerzas militares y de policía en el sentido de localizar y rodear los sitios en que las FARC mantienen a los secuestrados, para, una vez rodeados, convocar a la comunidad nacional e internacional con el fin de adelantar las acciones humanitarias indispensables para liberar a todos los secuestrados.

Estamos de acuerdo en lo relacionado con la convocatoria de todas las voluntades con miras a la liberación, e inclusive hemos venido auspiciando y estimulando la gran marcha del próximo 4 de febrero como rechazo a la violencia y como forma de presión social sobre las FARC, con miras al cese de la execrable práctica del secuestro y a la inmediata libertad de los rehenes.

Por supuesto, estamos de acuerdo con el Presidente Uribe en que esa convocatoria tenga por finalidad buscar y poner en práctica las acciones humanitarias propicias para que todos los secuestrados sean liberados.

En cambio, no entendemos la posición presidencial en lo que respecta a la orden impartida a la fuerza pública sobre localización y cerco militar de los lugares de cautiverio -campamentos, según las FARC, o campos de concentración de secuestrados, como los vemos todos los colombianos-, toda vez que -lo decimos con el debido respeto- parece una medida innecesaria, si de lo que se trata es de iniciar acciones humanitarias, que tendrían que encaminarse por las vías del diálogo y no del asedio militar.
La de rodear los campamentos es una medida que, aunque se anuncie desde ahora -como lo ha hecho el Dr. Uribe- que el siguiente paso no es la toma de los campamentos sino la búsqueda de mecanismos humanitarios, tiene toda la apariencia de un cerco a la guerrilla; de una acción castrense orientada a sitiar las áreas que ella ocupa junto con los rehenes, y es natural concluir que necesariamente provocará la alerta en el interior de esos campamentos. Ésta no sería grave si no fuera por el grave riesgo que correrán a partir de allí las vidas de los secuestrados. La reacción -como ya se ha visto durante intentos de rescate- puede ser violenta de parte de los guerrilleros, quienes pueden recibir, o pueden haber recibido de antemano, órdenes en el sentido de hacer daño a las personas indefensas que se hallan en su poder. Sabemos que no tienen escrúpulos; que no respetan las reglas del Derecho Internacional Humanitario, y que de otra parte, pueden tomar decisiones precipitadas -quién sabe de qué magnitud- si se sienten acorralados.
Creemos que a este respecto no nos podemos equivocar. Las consecuencias pueden ser muy graves si no se obra con prudencia, y lo peor es que también serían irreversibles.
Además, nos parece que el respaldo obtenido por Uribe en el exterior -al menos en cuanto a Europa se refiere- no es propiamente para una acción de rescate a sangre y fuego, sino para un acuerdo humanitario, que por definición excluye el expediente de la acción militar, en cuanto para lograrlo resulta indispensable el acercamiento pacífico y el diálogo.

1 comentario:

yancogitano dijo...

Usted, doctor Hernández, no se atreve a decirlo, pero sus lectores sí. Si algo pasa con los secuestrados esta propuesta de Uribe será la responsable. Saludos.

Aserrín, Aserrán

NOTICIAS CINCO DÍAS

Directorio - Buscar blog

Datos sobre SIGNO 22

Mi foto
Bogotá, D.C.., Cundinamarca, Colombia
ABOGADO Y PROFESOR UNIVERSITARIO. EX MAGISTRADO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA