José Gregorio Hernández Galindo
La magnitud de la marcha contra la violencia ejercida por grupos armados, en especial las FARC, superó a nuestro entender todos los cálculos. Tanto en nuestro territorio como en el exterior se logró canalizar la clara e indudable expresión de voluntad de los colombianos con un sentido específico, como lo propusimos en nuestro pasado editorial, evitando así equívocos y ambivalencias.
Los manifestantes no pudieron ser más claros en varios puntos: 1) Rechazo abierto, contundente y expreso, con nombre propio, a las FARC; a sus crímenes; a los secuestros; a la forma indigna en que tratan a los cautivos; a las minas "quiebrapatas"; al constante asedio en el que mantienen a la población civil. 2) Exigencia, también expresa y contundente a las FARC, en el sentido de liberar a todos los secuestrados. 3) No se marchó a favor, ni tampoco en contra del Gobierno colombiano; del Presidente Uribe; de Chávez; ni de Piedad Córdoba, como grupos aislados proponían, por la sencilla razón de que ese no era objeto de la convocatoria. 4) Rechazo, mucho menos fuerte pero expresado por muchos manifestantes, a las otras expresiones de violencia, como la de los paramilitares, o la del ELN. 5) Afirmación muy específica, reiterada en todos los puntos de la marcha, en el sentido -que ojalá hayan escuchado y entendido bien en el exterior- de no sentirnos los colombianos, ni en lo más mínimo, representados por las FARC; de lo cual resulta que, por tanto, ellos no son el ejército del pueblo, como pomposamente lo proclaman en su sigla, ni estamos esperando que esa organización armada nos libere de alguna dictadura inexistente, o nos redima de la injusticia social vigente, que sí existe pero que definitivamente no se erradica mediante la violencia. 6) Mensaje al mundo sobre la cohesión del pueblo colombiano en lo relativo a la búsqueda de la paz. 7) Con menos intensidad, y concentrada en algunos grupos de manifestantes, entre ellos los familiares de los secuestrados (quienes no marcharon, y en una actitud que merece respeto y consideración prefirieron asistir a una Santa Misa), la exigencia de un Acuerdo Humanitario para la liberación de los secuestrados.
Eso fue, a grandes rasgos, lo que percibimos, y en síntesis lo que hubo fue un grito gigantesco de la sociedad colombiana contra el secuestro y la violencia, que a la vez significó protocolizar la total e indudable falta de legitimidad de esa guerrilla y su actividad. Para corroborarlo, algo muy grave le ocurrió ayer al Secretariado: los miembros de las FARC presos en las cárceles colombianas decidieron unirse a la protesta ciudadana, y prácticamente se rebelaron contra la organización armada a la que pertenecieron. Con ello, en buena parte, despojaron a los cabecillas de un elemento indispensable para cualquier acuerdo: sus "canjeables", si bien quizá no todos, sí muchos, como lo vimos los colombianos en la televisión.
En suma: esta fue una histórica jornada de la democracia contra el crimen.
2 comentarios:
El lunes 4 de febrero, Colombia vivió una movilización ciudadana sin precedentes, la cual nos deja varios sentimientos. Por un lado encontramos la satisfacción de encontrar en el pueblo colombiano solidaridad y un alto nivel de unión. También la incertidumbre de qué respuesta puede llegar a existir por parte de la FARC, ya que su lucha por el pueblo colombiano no encuentra una verdadera justificación, si una gran porción de dicho pueblo no los apoya. Por último encontramos los comentarios negativos hacía la marcha, como por ejemplo el comentario hecho por la senadora Piedad Corboda, qué tilda la marcha como " una marcha del odio".
Así teniendo que llegar a la pregunta de qué tenemos que hacer para que nuestras manifestaciones sean efectivas en todo campo.
En alguna ocasion leia en una de las paredes de lo que fue la casa de Jorge Elecer Gaitan ¨Algun dia se demostrara si el pueblo es el que manda, el pueblo es pueblo o simplemente una manada de borregos¨.
Lo de la marcha fue algo interesante, pero hay que ver si no incidio la vehemencia de los medios de comunicacion al servicio del gobierno en la decision de marchar del pueblo colombiano. creo que estoy de acuerdo con el comentario de piedad, simplemente guerreamos contra el enemigo de moda, un dia fue Jacinto Cruz ¨Sangrenegra¨, otro pablo escobar, .. hoy le toco a las farc, sin escusarlas considero que nuestro pueblo lo manipulan con una facilidad impresionante, si no vea los que esta haciendo el gobierno para torpedear la marcha contra los paras, y si se habla con la gente la razon mas valedera es que no marchan por que eso es de las farc. palabras por demas de obdulio gaviria.
En un pais con una ignorancia social, no se puede esperar mucho escucho algunos universitarios en sus conversaciones hablan de odio contra chaves, contra piedad, contra las farc, muchos de ellos creen que Jabon era un comandante guerrillero. Simplemente esta demoda odiar. talves ya tenemos el alma preparada para una guerra mas grande.
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