Las injusticias, a pesar de su actual proliferación, no son propias ni exclusivas de nuestra época, ni de nuestra sociedad.
Un ejemplo palmario de JUICIO INJUSTO es precisamente el que en estos días de Semana Santa conmemoramos: el juicio a Jesús de Nazareth.
Jesús fue detenido arbitraraiamente, previo pago de una recompensa a un traidor. Le fue violado el principio del juez natural; no pudo ejercer su derecho de defensa; se vulneró el principio de presunción de inocencia, pues se partió siempre de su culpabilidad; no le fue permitido tachar u objetar los testimonios en su contra; no se le aplicaron las reglas propias del juicio; Poncio Pilato actuó bajo la coacción de escribas y fariseos.Fue condenado sin ser oído, ni vencido en un juicio imparcial. Sus jueces eran, a la vez, su contraparte en lo religioso. Fue condenado a muerte sin que estuviera prevista esa pena para el tipo de delito del que lo acusaron, en una monstruosa combinación del delito político y el religioso. No gozó de una segunda instancia. No pudo recusar a sus parcializados jueces. Le desconocieron su libertad de conciencia, y la libertad de cultos.
Este es quizá el prototipo de la vía judicial de hecho.
1 comentario:
Esto no nos debe parecer algo extraño en la sociedad colombiana, los juicios de este tipo son normales, las vias de hecho cotidianas, hasta altos representantes de la iglesia os aplauden, por ls que no veo porque tantas vestiduras rasgadas. eso somos y parece ser que por mucho tiempo
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