Entre el racismo, la lealtad y los electores
JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
¿Quién lo creyera? Es un amigo, su párroco, su director espiritual, su guía en materia religiosa dentro del cristianismo, el que no solo le ha causado un aprieto a Barack Obama, sino que se ha constituído en el principal problema del precandidato en su exitosa campaña por la nominación del partido demócrata para la presidencia de los Estados Unidos.
Se trata del pastor de la Iglesia a la cual acude Obama, Jeremiah Wright, cuyas incendiarias frases y encendidas homilias han llegado sorpresivamente a las primeras páginas y son en este momento la más importante noticia política en Norteamérica, en cuanto amenazan con causar enorme daño a las aspiraciones presidenciales de Obama y con frenar definitivamente su rápido ascenso hacia el triunfo en el proceso electoral, cuando está muy próxima la definición del candidato demócrata.
A tal punto ha llegado el problema y Wright ha creado tales dificultades a Obama, que éste ha tenido que pronunciarse públicamente, apartándose de los criterios del pastor, y además ha tenido que entrar en el tema del racismo en los Estados Unidos, lo que no quería para evitar convertirse en el candidato de los afroamericanos. Esto último podría polarizar las votaciones, despertando de nuevo los resentimientos y los choques entre negros y blancos, apartando a éstos de la simpatía electoral por Obama, quien venía siendo aceptado sin esas discriminaciones.
Este martes, Barack Obama ha pronunciado un discurso sobre racismo. Lo ha hecho forzado por la circunstancia muy grave en que lo ha puesto la divulgación de homilias e intervenciones públicas del pastor protestante.
"El profundo error del reverendo Wright no fue que hablara del racismo en nuestra sociedad, sino que hablara como si nuestra sociedad fuera estática", expresó el precandidato en su discurso, transmitido en simultánea por todas las cadenas de televisión, desde Philadelphia, en el estado de Pensilvania, donde tendrá lugar la próxima votación primaria, que será clave en la carrera dentro de la cual compiten Hillary Clinton y Barack Obama.
Para Barack, Wright se equivocó al atacar a toda la sociedad americana por la cuestión del racismo. Habló el reverendo, según Obama, "... como si en nuestra sociedad no se hubiera producido ningún avance, como si este país (...) aún estuviera irrevocablemente vinculado a un pasado trágico", declaró Obama.
Uno de los sermones de Wright -quién casó a Obama y bautizó a sus dos hijas- que más ha mortificado a todo el mundo en los Estados Unidos, es aquél en que manifestó, entre otras cosas, que los negros estadounidenses deberían decir "Dios maldiga a América", lo contrario de la famosa petición que se pronuncia solemnemente en todo acto, inclusive en los estrados judiciales y en todo momento trascendental -recuérdese el fervor norteamericano después del 11 de septiembre-, y que inflama los corazones de los ciudadanos cada vez que se pronuncia.
Los directivos de la campaña se estremecieron cuando estas declaraciones del pastor negro, hechas hace años, principiaron a circular, creciendo como espuma, en sitios de Internet y en videos presentados en los noticieros de televisión.
El religioso señaló, además, hace poco, que Hillary Clinton nunca había enfrentado la discriminación racial, y afirmó, para escándalo de muchos, que los ataques del 11 de septiembre habían sido ocasionados por el "terrorismo" y las acciones estadounidenses.
"Este país se fundó y está dirigido según un principio racista (...) Creemos en la superioridad blanca y en la inferioridad negra (...) más que en el propio Dios", sostuvo Wright en 2006 durante un discurso en la Universidad Howard, que cuenta con una gran mayoría de estudiantes afroamericanos.
Obama expresó, sin embargo, que no puede renegar de su Pastor, pues ello sería equivalente a
renegar de la comunidad negra. "No puedo renegar de él como no puedo renegar de mi abuela blanca ", dijo el precandidato, recordando la época de su niñez, vivida en el seno de un matrimonio compuesto por un padre negro y una madre blanca.
Barack trató de explicar en su discurso la experiencia vivida por muchos estadounidenses a causa de las tensiones raciales, aunque dejó en claro que él cree en la unidad de EE.UU.
" La ira es real, es poderosa y el simplemente desear que desaparezca, el condenarla sin entender sus raíces, sólo sirve para incrementar el abismo de falta de entendimiento que existe entre las razas", son palabras que se notan muy sinceras en el líder, quien además afirmó que él puede ser el factor de unión en un país listo para superar el pasado.
Situación muy comprometedora la de Obama, pero hay que recordar que también Hillary Clinton tiene sus problemas, como por ejemplo el cómputo del tiempo de permanencia en la Casa Blanca, en su calidad de primera dama, como tiempo de experiencia en asuntos internacionales, lo que ha provocado la burla de muchos norteamericanos.
Y, en medio de todo esto, crecen -a pesar de Bush, su desprestigio y la caída de la economía- las posibilidades electorales del candidato republicano John McCain.
miércoles, 19 de marzo de 2008
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- JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
- Bogotá, D.C.., Cundinamarca, Colombia
- ABOGADO Y PROFESOR UNIVERSITARIO. EX MAGISTRADO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA
1 comentario:
Es un pesar porque me gusta mucho la candidatura de Obama, pero le van a amargar la vida. Qué lástima.
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